viernes, 3 de diciembre de 2010

El Valle de Arán: flora, fauna, pesca y caza


Aunque ubicado en la porción oriental de los Pirineos, el Valle de Arán, que pareciera elevarse desde los pies del litoral catalán, simplemente le da la espalda en las alturas. En su rebelión topográfica ha decidido ponerse de frente a la vertiente atlántica, alejándose definitivamente de la aridez mediterránea y a sotavento de cualquier influencia secante africana. Es por ello que guarda mayor similitud con paisajes montañosos centro europeo que con las ralas serranías de la España interior.


Dado su buen estado de conservación a pesar de la intensa actividad humana que tiene lugar en todo su ámbito, el Valle de Arán nos muestra sus dotes naturales distintivas. Los escarpados picos y profundos valles contienen un elevado valor hidráulico, dado por las nieves, cursos de agua y lagos que poseen. Pueden apreciarse, en las partes más altas, formaciones de abetos y pinos negros, aumentando la diversidad a medida que se desciende hacia los húmedos valles. Pinos silvestres, hayas, robledales, abedules, tilos y fresnos recorren la parte media y baja de las laderas y los valles, donde especies de tallas menores como frambuesos, achicorias, fresas, regalíes o bellos rododendros rosados ocupan los estratos medios y bajos del bosque y las también extensas praderas. Las 10500 ha de montes maderables araneses sitúan a la región entre las más ricas de los Pirineos.


La fauna, tanto terrestre como acuícola, es abundante en el Valle de Arán. Las cabras isards son altamente codiciadas como piezas de caza mayor, y pueden verse con frecuencia tanto en los altos montes de Salardú y Bossost, como en los apartados parajes lacustres de Saboredo. El jabalí recorre todos los términos del Valle, así como liebres, zorros, conejos y gatos monteses. Menos comunes pero igual de presentes son la marta, la nutria y la mustela. El lobo se limita a Bagergue y los osos grises se reintroducen lentamente. La pesca es buena en ríos y lagos, consistente en trucha, arcoiris, salmón lacustre y cabilat, pez de reducida talla pero amplia demanda entre los araneses.


La Sociedad de Cazadores y Pescadores del Valle de Arán fiscaliza la actividad cinegética en correspondencia con las regulaciones vigentes, así como expide los permisos correspondientes. En cada pueblo del Valle tiene un delegado.


El alojamiento para todos los gustos y necesidades no será problema en el Valle de Arán. Decenas de hoteles, hostales, casas de alquiler, paradores y hasta excelentes campings lo esperan durante todo el año

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